Una nueva era para el Ferrocarril de Panama

En 1977, bajo los términos de los Tratados Torrijos-Carter, el Ferrocarril de Panamá revirtió al Gobierno de Panamá. Pero el ferrocarril y sus infraestructuras estaban en decadencia y algo anticuados para este punto.

Para 1986, el Comando de Administración de Tráfico de la Armada de los E.U. presentó un estudio de seguridad ferroviaria listando una serie de recomendaciones para la rehabilitación del ferrocarril a un costo cerca de los $6 millones en materiales solamente. Hasta que las condiciones de la vía no fuesen mejoradas para cumplir con los estándares mínimos de seguridad, cualquier transportación de civiles y tropas norteamericanas estaba prohibida.

Hasta 1997, poco mantenimiento se le dio a la vía y el Gobierno de Panamá no dedicó un presupuesto significativo para su operación, causando un deterioro aún más acelerado. El ferrocarril estaba perdiendo aproximadamente $4 millones al año.

No obstante, justo cuando parecía que este histórico ferrocarril había llegado a su fin, una nueva oportunidad para su resurrección fue vislumbrada cuando Panamá emprendió un agresivo proceso de privatizar la mayoría de las instituciones administradas por el Estado, y el ferrocarril estaba incluido en esta iniciativa.

Una concesión fue otorgada a Panama Canal Railway Company el 18 de Febrero de 1998 mediante la aprobación del Contrato-Ley No. 15 por la Asamblea Nacional y publicado en la Gaceta Oficial No. 23,485 de la República de Panamá. Panama Canal Railway Company fue otorgada “con los derechos exclusivos de desarrollar, construir, operar, administrar, renovar, reconstruir, modificar y dirigir el Ferrocarril de Panamá y sus terminales intermodales, infraestructuras, equipos e instalaciones”